LA PANDEMIA DE LA COMUNICACIÓN: OPORTUNIDAD PARA HACER DE NUESTRO DIARIO VIVIR UNA OBRA DE ARTE

El mundo nos cambió en un abrir y cerrar de ojos, este año 2020, pues a partir de que se dio a conocer la existencia del coronavirus, creó todo un caos y exigió cambios de paradigmas, formas de vivir y de visión del mundo… ¡en tiempos de pandemia!

 Por QUETZAL  ZAZIL

CIUDAD DE MÉXICO, 23 DE Julio — 2020.-  La humanidad, sorprendida, empezó a modificar sus comportamientos cotidianos y a adaptarse a las exigencias de las nuevas normas de vida, para evitar el contagio y conservar la salud y, sobre todo, la vida.

A pesar de habernos cimbrado en el desconcierto, la inseguridad, la falta de libertad, temores y miedos, enfrentando aquello desconocido y amenazante que emergía en el panorama mundial. Se empezaron a tomar medidas a las que hubo que adaptarse, como el aislamiento social al que fuimos confinados en nuestros hogares.

Nos alteraron nuestra zona de confort; las empresas enviaron a sus empleados a hacer Home Officce; las casas se convirtieron en oficinas; el mundo cibernético entró a todos los hogares, indispensable para ventas, compras, o cualquier tipo de negocio, principalmente abastecimiento de alimentos, medicamentos e insumos indispensables, entre ellos los servicios básicos.

Hemos tenido que recurrir a la tecnología para hacer pedidos de lo necesario y de lo que nos ofertan en las tiendas virtuales, que están hoy tan en boga.

COMUNICACIÓN VIRTUAL 

El impacto de la comunicación virtual durante esta pandemia ha sido significativo, el pilar que sostiene las relaciones sociales, así como la supervivencia del confinamiento en los respectivos hogares.

El aislamiento en casa, es un punto central que nos ha obligado a modificar nuestros hábitos, formas de pensar y actuar en esta pandemia. A las familias que les tocó estar juntas han tenido la oportunidad de convivir las 24 horas y, además de platicar, realizar tareas en conjunto, tomar decisiones en equipo, conocerse más y mejor en una rutina diaria a la que no estaban acostumbrados.
 

PERSONAS SOLAS 

A las personas solas, les ha tocado ver más hacia el interior de sí mismas y elegir la manera cómo vivir el día a día de una forma creativa, que enriquezca más su vida y no caer en la depresión.

El aislamiento ha propiciado una explosión en el uso de la tecnología para permanecer comunicados con amigos, familiares, compañeros de trabajo, profesores, alumnos de escuelas… ¡con el mundo exterior!…

El uso del WhatsApp, ha revolucionado la manera en que nos comunicamos. Nos permite hacer llamadas de voz, mandar audios, emoticones que expresan nuestros sentimientos, emociones y deseos

Es la herramienta de nuestro celular que se ha popularizado y usamos día día para hablar con nuestros seres queridos, vecinos, compañeros de trabajo, clientes… para hacer pedidos de comida a domicilio, farmacia, supermercados, compra de boletos para eventos virtuales… En fin, nos es útil para todo y el sonar de la campanilla que nos avisa que ha entrado un mensaje muchas veces nos hace brincar el corazón de alegría.
 

SANAS COSTUMBRES 

Pero… ¡ojo!… la comunicación vía WhatsApp está cambiando nuestras sanas costumbres, pues ahora preferimos escribir mensajitos y poner emoticones antes que hablar. Y hay quienes pueden pasar horas en esta actividad y ya no les interesa hablar.

Las redes sociales tienen cantidad de usuarios donde se busca otro tipo de comunicación, incluso con desconocidos, el número de amigos, seguidores y likes es lo que muchas ocasiones son el objetivo de los integrantes, pero funcionan bien y son un apoyo y distracción para los adeptos a ellas.

Las videoconferencias se han popularizado durante esta pandemia como una útil herramienta para las empresas y sus empleados que se comunican a través de un video, de manera bidireccional y simultánea; se concretan decisiones y cada uno aporta su trabajo, se reúnen con la frecuencia necesaria aunque se encuentren en diferentes países.

El teatro, cursos, talleres, conferencias, actos religiosos, clases de yoga, ejercicios de relajación, meditación y prácticas diversas son transmitidos por video en YouTube y vía Zoom.

Son muchos meses, días, horas, inmersos en la tecnología que nos mantiene comunicados; las universidades, las escuelas de todos los niveles, han sido cerradas y las clases se están llevando a cabo vía Zoom, hasta las consultas médicas, terapias psicológicas, asesorías de todo tipo se efectúan de esta manera.

Las escuelas organizaron en este estado de emergencia un sistema de Educación a Distancia para continuar con la actividad académica desde sus casas, utilizando su computadora personal, su internet, su luz en la sala de sus hogares, su intimidad, en la cual entran sus alumnos y padres de familia que apoyan a sus hijos en esta actividad, desconocida hasta hace muy poco.
 

CAMBIOS EMERGENTES 

La vida nos cambió y nos ubicó en un lugar y estado que no imaginábamos que tendríamos. Todo fue de un golpe, por lo que también se aprendió de golpe a usar la tecnología para estar comunicados, informados y en contacto con la familia, los amigos, el lugar de trabajo, el lugar de estudio, las empresas y personas cuyos servicios nos son indispensables.

Nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene la comunicación y lo valiosas que son nuestras palabras que llevan un mensaje positivo, de amor, apoyo, ayuda, aliento y ánimo a aquéllos que nos necesitan, que están deprimidos, enfermos, afectados por la situación inesperada que, como una ráfaga, arrasó con los planes, proyectos y esperanzas de muchos.

Hemos valorado el poder estar comunicados con los demás, con los que estamos compartiendo dudas, emociones, interrogantes y situaciones que nunca imaginamos vivir.

El 2020 es una oportunidad de abrir nuestro corazón y comunicarnos con los demás, es una pausa, un espacio para reflexionar, crecer, ser mejores personas, ese aprender a evolucionar como seres conscientes, de aprender a valorar el instante en que estamos parados, de agradecer lo cercano y dejar de perseguir lo lejano, de desarrollar nuestra máxima creatividad y hacer de nuestro diario vivir una obra de arte.