Elisa Loncón, una mujer indígena de 58 años, profesora, lingüista y activista mapuche, asumió la presidencia de la Convención Constituyente…
Por César Alonso SAAVEDRA
(Santiago de Chile, 07 de Julio – 2021)
El 19 de octubre de 2019 y los meses siguientes de estallido social, las calles de las ciudades se inundaron de banderas mapuche y de otros pueblos indígenas.
La más visible, la wenufoye o “canelo celestial” de la Araucanía, se transformó en un ícono de la rebautizada Plaza Dignidad. A ella se sumó la wuñelfe o “lucero de la mañana”, un ancestral emblema de las comunidades más tradicionalistas del Wallmapu (azul con una estrella blanca al centro).
Se trata de una realidad que va más allá de lo simbólico, y la prueba está que este 4 de julio, durante la instalación de la Convención Constituyente inaugurada en el ex Congreso Nacional, Elisa Loncón fue elegida por mayoría absoluta (98 votos) presidenta del órgano cuya misión es redactar una nueva Carta Fundamental para Chile.
IGUALDAD DE CONDICIONES
Ella es una mujer indígena de 58 años, profesora, lingüista y activista mapuche.
«Agradecerle el apoyo a las diferentes coaliciones que entregaron su confianza y depositaron sus sueños en el llamado que hiciera la nación mapuche, para votar por una persona mapuche, mujer, para cambiar la historia de este país», aseguró Loncón al aceptar el puesto.
Agregó que «se puede dialogar con nosotros, que no nos tengan miedo, porque también se ha instalado mucho la política del miedo. O sea, se instala una candidata indígena, mapuche y hay mucho prejuicio. Entonces, esto también es un llamado a liberarnos de nuestros prejuicios y relacionarnos en igualdad de condiciones».
ESCAÑOS RESERVADOS
De los 155 Constituyentes, 17 son escaños reservados para pueblos originarios, siete de los cuales son para el pueblo mapuche, dos para el aymara y un representante de cada uno del resto: kawésqar, rapanui, yagán, quechua, atacameño, diaguita, colla y chango.
Uno de los grandes temas que ocupó la agenda política y periodística durante la elección de constituyentes fue la necesidad de transformar a nuestro país en un Estado Plurinacional. Por eso fue simbólico que Loncón subiera al estrado acompañada de la machi Francisca Linconao, quien también es convencional constituyente representando a la macrozona 2 del pueblo mapuche, y que ha sido una de las principales defensoras de la plurinacionalidad.
Ellas llevaban en sus manos ramas de canelo, el árbol sagrado de los mapuche, y que representa la profunda dimensión espiritual conque los pueblos ancestrales asumen toda acción política.
«Más de 500 años y seguimos en pie», decía un cartel enarbolado en la Plaza de Armas, justo frente al monumento de los pueblos indígenas que hizo Enrique Villalobos a comienzos de los ’90.
«En concreto, esto significa elevar el estatus político de los pueblos indígenas a nivel constitucional, donde actualmente no tienen ninguno, reconociendo los derechos que están establecidos en la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, esto es, la libre determinación interna y las autonomías, además de derechos de representación política especial, como por ejemplo, escaños reservados en el Congreso», puntualizó Salvador Millaleo, al explicar las implicancias de un Estado Plurinacional.
PLURINACIONALIDAD
En el continente hay ejemplos de plurinacionalidad: Bolivia, Ecuador, Canadá y Colombia.
El académico Claudio Millacura ve la plurinacionalidad en Chile como una necesidad. «La idea de la autonomía indígena tiene que ver con el fracaso de las políticas aplicadas por los gobiernos de la Concertación a la hora de tratar de reparar la deuda histórica que el Estado tiene con los pueblos indígenas, en particular con el pueblo mapuche. Esto, debido a la presión que comienzan a sufrir las diferentes comunidades de parte de diversas iniciativas económicas, que producen daños y van en desmedro de sus intereses», enfatizó Millacura.
Por César Alonso Saavedra