En el día del urbanismo, pensemos en los desafíos para vivir en ciudades prósperas, seguras y limpias…
Por Matías Garretón
Profesor Asociado, Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial UTEM
Las ciudades emergen como centros de intercambio en los que se desarrollan las artes, las ciencias y los mercados.
En la época feudal, las ciudades se fortificaban para enfrentar la inseguridad generada por las frecuentes batallas, alcanzando densidades de población superiores a las contemporáneas, con pésima higiene.
En ellas, por ejemplo, brotaban pestes que exterminaban a un tercio de la población europea.
En el siglo XIX, la microbiología dio fundamento científico al urbanismo como se concibe hoy. El plan Haussmann en París y el Ensanche de Barcelona son proyectos de higiene pública a gran escala.
Un siglo después, Robert Moses extendió el concepto, incluyendo autopistas que conectan Nueva York con extensos suburbios.
Esto aporta a la competitividad de las metrópolis, inventando un modelo de desarrollo que incentiva la expansión urbana en todo el mundo.
La adaptación a la crisis climática actual necesita nuevas y mejores formas de higiene en las ciudades, reutilizando completamente los residuos para no contaminar los ecosistemas.
En Chile, la instalación del crimen organizado transnacional genera nuevas inseguridades, que tenemos que aprender a combatir en el sistema financiero y a prevenir fortaleciendo el tejido social.
En el día del urbanismo, pensemos en los desafíos para vivir en ciudades prósperas, seguras y limpias. Imaginemos cómo esas tareas otorgan oportunidades de inclusión y sostenibilidad.