REVELACIONES INÉDITAS SOBRE EL ORIGEN DEL COVID-19: DECLARACIONES DE LA ÚNICA CIENTÍFICA EXTRANJERA DE WUHAN

El testimonio de la experta en virus transmitidos por murciélagos, Danielle Anderson, quien se refiere a sus delicadas tareas sobre el coronavirus… 

La científica Danielle Anderson se desempeñó en un laboratorio de Wuhan, China, cuando surgieron los primeros casos de COVID-19
Unas semanas antes de que se conocieran los primeros casos de Covid-19, la científica australiana se encontraba desarrollando sus tareas en el laboratorio BSL-4 del Instituto de Virología de Wuhan, China.

Anderson es experta en virus transmitidos por murciélagos y la única científica extranjera con una función en la institución que se convirtió en un punto clave en la búsqueda del origen de este virus que causa la pandemia más desoladora de esta era.

La especulación en ciertos sectores, tal como resume la información de la agencia Bloomberg, es que el virus podría haberse filtrado del laboratorio, posiblemente a través de un miembro del personal infectado o un objeto contaminado.

Una teoría que fue acrecentándose por el hermetismo y la falta de información por parte de China durante los primeros brotes.

Danielle Anderson dice que es necesaria la investigación sobre el origen del COVID-19.
 

Ahora, Anderson, radicada de nuevo en su país natal, como investigadora del Instituto Peter Doherty de Melbourne, rompió el silencio en una entrevista con Bloomberg News.

 

EL ORIGEN DEL CORONAVIRUS 

Entre las jugosas declaraciones, Anderson manifestó que no resulta imposible que el virus se haya diseminado desde el laboratorio. Como ejemplo, dijo que el SARS, un coronavirus anterior que surgió en Asia en 2002, salió varias veces de instalaciones seguras.

Si se le presenta evidencia de que tal accidente generó el brote de COVID-19, Anderson “podría prever cómo podrían suceder las cosas”, dijo. “No soy lo suficientemente ingenua como para decir que descarto absolutamente esto”.

Danielle Anderson es experta en virus transmitidos por murciélagos. De todas maneras, todavía cree que lo más probable es que provenga de una fuente natural y que no le sorprende que no hayan encontrado el murciélago responsable del último brote. En el caso del SARS, explicó que la investigación para conocer su origen demoró una década.

También dijo estar convencida de que ningún virus se creó intencionalmente para infectar a las personas y que se haya liberado deliberadamente, una de las teorías más inquietantes que han surgido sobre los orígenes de la pandemia.

Anderson, asimismo, cree que se necesita una investigación para determinar finalmente el origen del virus.

EL COVID-19 SE DISPERSÓ DESDE LA CIUDAD DE WUHAN 

“La pandemia es algo que nadie podría haber imaginado a esta escala. Los investigadores deben estudiar el camino calamitoso de COVID-19 para determinar cómo detener la propagación de patógenos futuros con potencial pandémico. El virus estaba en el lugar correcto en el momento correcto y todo se alineó para causar este desastre”, concluyó.
 

DANIELLE ANDERSON Y EL ÉBOLA 

Danielle Anderson es una profesional de mediana edad muy destacada en materia de virología. Comenzó a colaborar con investigadores de Wuhan en 2016, cuando era directora científica del laboratorio de bioseguridad en la Escuela de Medicina Duke-NUS, de Singapur.
 

OTRA ESPECULACIÓN 

Las dudas sobre el origen del coronavirus, que ya dejó 180 millones de contagiados y 3,9 millones de fallecidos en todo el mundo, se mantienen entre la comunidad científica. Ahora hubo un nuevo giro en la investigación luego de que un virólogo estadounidense afirmara que descubrió que algunas de las primeras secuencias fueron borradas en China.

El científico independiente, Jesse Bloom, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle, difundió su descubrimiento en Biorxiv (que recopila artículos aún no revisados por la comunidad científica) y también en el sitio de la revista Science.

Allí expresó que, tras una larga búsqueda en internet, logró recuperar los archivos borrados de Google Cloud del Instituto Nacional Estadounidense de Salud (Nih), a pedido presuntamente de un investigador chino, consignó la agencia ANSA Latina.

Según explicó, el haber podido recuperar estos archivos le permitió reconstruir las secuencias parciales de 13 muestras de coronavirus recolectadas por pacientes hospitalizados o sospechosos de contagio entre enero y febrero de 2020 en la ciudad china de Wuhan, donde se detectaron los primeros enfermos.

Estas secuencias presentan mutaciones que sugieren que el virus ya circulaba en Wuhan antes del brote de diciembre de 2019. La investigación destaca en particular tres mutaciones presentes en los coronavirus descubierto en el mercado, pero que estaban ausentes en las secuencias rescatadas ahora y en los virus de murciélago emparentados con el SARS-CoV-2. (Fuente: elclarin.com Internacional)