REFLEXIONES EN TORNO AL AÑO QUE SE VA Y AL NUEVO AÑO QUE COMIENZA CON GRANDES ESPERANZAS

Somos formidables y maravillosos como seres humanos: resistimos, luchamos, creamos, salimos adelante, somos mejores personas que el pasado año… Vamos a celebrar la llegada del 2021 aislados, solitarios, sin fiestas, sin ruidos, pero con el espíritu en alto, fuertes, vivos, resilientes, más espirituales, con más confianza en nosotros mismos y con la certeza de que esta pandemia también pasará…

 Por Quetzal ZAZIL

Desde Ciudad de México
 

Por fin llegó el momento tan esperado por todos: el 2020 se despide, faltan sólo unas horas para que le digamos adiós, no sin antes hacer un balance con reproches incluidos por el desastre económico en que nos deja, los millones de empleos que se perdieron, el virus que nos encerró a todos en el mundo y nos trajo enfermedades, zozobra y muerte.

Un año 2020 que será inolvidable por las huellas nefastas que nos dejó, pues nunca habíamos vivido un período anual como éste, saturado de malas noticias, feos acontecimientos, desgracias a todos los niveles, un paro mundial de todas las actividades laborales, sociales, turísticas, educativas, religiosas, culturales… La vida se detuvo y hemos padecido durante 10 largos meses las consecuencias del bicho a los que queríamos descoronar y volver a la normalidad lo antes posible.

No imaginamos la duración de esta terrible situación y aún estamos padeciendo la pesadilla que se inició a principios de marzo: aislados, sin poder ver a nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y personas, en general.
 

SIN PLANES FUTUROS 

Este año nos demostró que no podemos hacer planes de ningún tipo, sólo vivir en el hoy, aquí y ahora… Mañana, quién sabe qué se podrá hacer, o a qué restricciones nos deberemos someter para seguir viviendo como se pueda.

Cuántos planes de bodas, viajes, proyectos de trabajo, graduaciones, cambios de casa, de país, contratos de trabajo y demás, se cancelaron… Cuántos trámites de pasaportes, visas, vuelos en diferentes líneas aéreas se cancelaron…

La vida se detuvo y mandó a todos al aislamiento, a sus casas… Se cerraron las escuelas, universidades, museos, bibliotecas, templos de todas las religiones, los empleados que trabajaban en empresas, en su mayoría se fueron a hacer Home Office, la economía se derrumbó y la forma de vida de cualquier ciudadano del mundo se vio afectada por las restricciones, el cierre de fronteras, la prohibición de entrar y salir de los países… 

SEPARACIÓN FORZADA 

Parejas y familias quedaron separadas y aisladas en lugares lejanos y ajenos de donde no pudieron salir al comenzar la pandemia… Muchos trámites y situaciones de película de terror tuvieron que pasar para después de meses, lograr reunirse en sus lugares de origen.

Incertidumbre, caos, contagios, noticias nefastas y engañosas, vulnerabilidad, asombro, preguntas sin respuesta, ataques de pánico, ansiedad, depresión, tristeza, dolor, enfermedades, muertes en soledad, personas que no pudieron ni siquiera recibir el cuerpo de sus familiares fallecidos, porque iban a parar directo a un crematorio con medidas sanitarias rigurosas para evitar nuevos contagios… 

EL ENEMIGO INVISIBLE 

Lo inimaginable, lo que nunca sospechamos que nos podía pasar, nos pasó… Un año que no quisiéramos haber vivido y que afortunadamente ya estamos despidiendo y agradeciendo que estemos aquí para decirle adiós respirando con gusto porque ya se va, aunque el enemigo invisible no se va con él.

 

EL LADO POSITIVO 

El 2020 también nos deja cosas positivas y buenas —hay que decirlo— y por qué no, agradecerle. En el 2020 todo se volvió ON LINE y eso nos alivió bastante y nos ayudó a pasar los meses de confinamiento de una manera mejor y más fácil para resolver no sólo nuestras necesidades básicas, sino también constituyó aprendizaje, diversión, contacto virtual con las personas, hacer grupos de amigos y familiares y así contarnos todo lo que nos interesaba compartir.
 

AMISTADES TECNOLÓGICAS 

La tecnología y el internet fueron los reyes del mundo; sin ellos, poco podríamos haber hecho. Las escuelas, cursos, diplomados, doctorados, talleres, conferencias, pláticas de interés general, se convirtieron en virtuales a todos los niveles. Y así, los niños de pre-escolar cantaban y bailaban viendo a su maestra por la computadora… Así han aprendido a leer y escribir durante este año inolvidable.

El supermercado se convirtió en un lugar de compra ON LINE, y cada vez que se requería llenar la despensa o el refrigerador se hacía el pedido que llega luego a las puertas de nuestro hogar.

Los almacenes, tiendas, zapaterías, farmacias, pastelerías, restaurantes… todos ON LINE, y así pudimos comprar desde unas manzanas hasta una computadora en oferta….

En nuestras casas pudimos hacer todos los talleres y cursos que deseamos, pues la oferta ha sido extraordinariamente atractiva para que sigamos aprendiendo, creciendo y participando activamente en la vida profesional o de desarrollo humano.

Hay para todos los gustos: clases de yoga, cocina, movimiento, baile, meditación, budismo, tai chi, qi gong, gimnasia, repostería, canto, música, aprender a tocar un instrumento, costura, bordado, tejido, estudio bíblico… etc.
 

PRESENCIA VIRTUAL 

Realmente en este 2020 pudimos estar en cualquier lugar del mundo de manera virtual: viajamos como turistas, peregrinos o simplemente curiosos, estuvimos asistiendo a los oficios de nuestras respectivas religiones o creencias, en diferentes horarios y lugares. 

La plataforma Zoom se hizo muy popular, pues mediante las reuniones organizadas celebramos cumpleaños, fiestas, pláticas y visitas a los diferentes hogares de amigos y familiares.

Fuimos resilientes, creativos, imaginativos, fuertes… y descubrimos cualidades y dones que no nos habíamos dado cuenta que teníamos. Pusimos en práctica todo lo que nos ayudó a resolver situaciones complicadas, sacamos lo mejor de nosotros, el amor, la solidaridad, la empatía, la comprensión y lo mejor de cada uno se manifestó y logramos crear en nuestro entorno un mundo mejor.

No perdimos la felicidad, la paz y la armonía, aunque hubo momentos muy fuertes que nos desafiaban a darnos por vencidos; pero no lo hicimos, estamos vivos, de pie, listos para recibir el año 2021 con renovadas esperanzas, con experiencia adquirida gracias a lo que pasamos en el 2020, con la conciencia de que el enemigo invisible está aún entre nosotros, pero ahora estamos mejor preparados para enfrentarlo.

Somos formidables y maravillosos como seres humanos: resistimos, luchamos, creamos, salimos adelante, somos mejores personas que el pasado año… Vamos a celebrar la llegada del 2021 aislados, solitarios, sin fiestas, sin ruidos, pero con el espíritu en alto, fuertes, vivos, resilientes, más espirituales, con más confianza en nosotros mismos y con la certeza de que esta pandemia también pasará… Y orgullosos de continuar en la Tierra, en este momento único de la historia de la Humanidad… 

¡FELIZ AÑO NUEVO 2021!

ROMERO ROMERO QUE SE VAYA LO MALO Y QUE VENGA LO BUENO